Redadas racistas: Cuando ser diferente te hace ‘peligroso’

La Dirección General de la Policía publicó el 21 de mayo de 2012 una circular en la que prohíbe los “cupos de identificación” de extranjeros y las redadas indiscriminadas. Un mes después, las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos (BVODH) afirman que nada ha cambiado en la actuación de la policía, situación que ha podido comprobar Crónica Popular en base a algunos testimonios. Los controles por perfil racial se siguen produciendo y con las mismas características.

Para ciertas personas estar o circular por algún lugar de Madrid es una actividad de riesgo. Intercambiadores de metro, de autobuses, locutorios y plazas públicas se han convertido desde hace un tiempo en ‘puntos calientes’ para la policía: es decir, lugares en los que es posible realizar controles policiales por perfil racial.

En España las redadas racistas se realizan desde hace años. Sin embargo, el tema cobró notoriedad pública a finales de 2009 cuando se filtró una instrucción de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid a la Comisaría de Villa de Vallecas. El documento fijaba un cupo mínimo de arrestos de inmigrantes “sin papeles” e instaba a los policía a buscar inmigrantes fuera del distrito en caso de no alcanzar el cupo requerido. El entonces ministro del Interior, actual Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pasó de negar la existencia de esa instrucción a reconocer que podrían haberse producido “malentendidos” en la aplicación de la Ley de Extranjería.

Dos años después de esa polémica los controles racistas continúan en el punto de mira. Hace un mes, el 21 de mayo de 2012, la Dirección General de la Policía dio a conocer la circular X/2012 por la que se prohíben los cupos de detención de inmigrantes y en la que se señala que los ciudadanos extranjeros sin autorización de residencia no podrán ser trasladados a dependencias policiales. Pero el papel dista mucho de la realidad.

“A mí siempre me van a ‘parar’ porque soy negro”

Fabio es un chico brasileño de 27 años que llegó a España en 2003. Después de vivir seis meses en Barcelona se trasladó a Madrid, donde trabaja de camarero en un restaurante. Fabio cuenta a Crónica Popular que ya no recuerda cuántas veces lo han “parado” para pedirle que se identifique, “porque han sido muchas, más de 50 veces”. La última vez ocurrió la noche del viernes 22 de junio cuando volvía con un amigo de trabajar: “Eran las 2, o algo así, íbamos con mi amigo caminando para la zona de Plaza Castilla y se nos acercó un policía para pedirnos los papeles”. Fabio cuenta que, como está acostumbrado a este procedimiento, le entregó su NIE (Número de identificación del extranjero) al policía y esperó, pacientemente, a que éste comprobara que no tiene antecedentes penales.

Sandel, español de origen dominicano. En un año ha sufrido más de 20 controles por perfil racial. © Paula Guerra

Sandel, español de origen dominicano. En un año ha sufrido más de 20 controles por perfil racial. © Paula Guerra

Al ser consultado sobre la circular X/2012, Fabio se queda sin responder. No sabe de qué le hablamos. Cuando se le explica de qué se trata, simplemente sonríe. No cree en las consecuencias mágicas de un documento: “A mí siempre me van a ‘parar’ porque soy negro”, responde.

Una de las críticas que más ha recibido la circular X/2012 es que no condena los controles policiales por perfil racial, sino que se limita a prohibir los cupos de identificación de extranjeros y a resaltar la improcedencia de trasladar a dependencias policiales a aquellos que se encuentren en situación de estancia irregular. Por este motivo, las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos (BVODH) -unos de los colectivos de referencia en lo que se refiere a la denuncia y visibilización de las redadas racistas- no creen que la circular aporte nada nuevo en la lucha por el fin de este tipo de prácticas. Una de sus miembros, Lara Sierra, afirma a Crónica Popular que para ellos la circular no es más que “la respuesta a la presión que han ejercido diversos colectivos y vecinos y vecinas anónimas en este tema”. Además, sostiene que el documento no dice nada nuevo respecto al traslado de extranjeros a dependencias policiales porque esto ya está recogido en la ley española.

En efecto, la Ley Orgánica 1/1992 sobre Protección de la Seguridad Ciudadana sostiene que es ilegal conducir a dependencias policiales a personas que se identifiquen adecuadamente, aún cuando su situación administrativa sea irregular. La permanencia en España en situación irregular está contemplada sólo como una falta administrativa, “como podría ser una multa de tráfico”, señala Lara Sierra, quien añade que “no te llevan a dependencias policiales cuando te ponen una multa de tráfico”.

Los controles

Aún así, el traslado de inmigrantes irregulares a dependencias de la policía suele ser más habitual de lo que se cree. María, ecuatoriana de 48 años, con 7 de residencia en Madrid, recuerda que hace pocas semanas se encontraba junto a unos amigos celebrando un cumpleaños en “un bar latino de Cuatro Caminos” y que, “sin que hubiera ningún accidente o altercado, apareció la policía pidiendo la documentación a todo el mundo, con muy malas maneras, con mucha prepotencia”.

María cuenta que de las 12 personas que se encontraban allí, tres fueron detenidas “por no tener la documentación al día, sólo por eso”. Afirma que ella nunca ha sido trasladada a una dependencia policial, pero que “varias veces me han ‘parado’ para que muestre mi documentación. Me la han pedido en la estación Gregorio Marañón, en Atocha, en Moncloa, en muchos lugares”. María recuerda que una vez perdió un trabajo por culpa de este procedimiento: “Le dije al policía que iba a llegar tarde a mi trabajo si me ‘paraba’, pero no le importó nada”.

Sandel, español de origen dominicano, también se queja de los controles policiales. A sus 28 años, Sandel cuenta a Crónica Popular que lo han ‘parado’ más de 20 veces “sólo desde el verano pasado hasta ahora”. Estos controles siempre ocurren en los alrededores de las estaciones de metro Argüelles y Moncloa, zonas por donde vive y trabaja. “Nunca dan una explicación, nunca dicen ‘mira, es que ha pasado tal cosa’ simplemente te ‘paran’ y te piden que muestres tu identificación”. Y agrega: “Tú tienes que quedarte ahí, esperando y viendo cómo el policía le da todos tus datos personales por radio a alguien, a una central, no lo sé, y tienes que esperar a que esa central le diga que tú no tienes antecedentes”. En cuanto a qué es lo que más le molesta, Sandel lo tiene claro: “Tú vas caminando por la calle con más gente y ves que te ‘paran’ sólo a ti, como eligiéndote. Eso me molesta mucho”. El tío y la esposa de Sandel, también dominicanos, no han escapado de este tipo de controles. Sandel recuerda que hace poco a su esposa la ‘pararon’ en el trayecto que va desde el portal de su casa hasta el locutorio de la acera de enfrente, en Argüelles. La intervención de los vecinos hizo que el policía desistiera y optara por marcharse.

La mayoría de los controles por perfil racial tienen lugar en espacios de tránsito, como la vía pública o el transporte, situación que perjudica gravemente el desempeño de las actividades cotidianas de los ciudadanos extranjeros, algo que ha sido ratificado en el informe de Amnistía Internacional ‘Parad el racismo, no a las personas’, publicado el año pasado. Este documento afirma que en España “la policía puede parar a alguien que no parezca español hasta cuatro veces el mismo día, y no porque haya robado o cometido algún acto violento, sino para comprobar su identidad”. También señala que las personas que pertenecen a minorías étnicas “se ven sometidas a controles en cualquier momento del día, sin importar que lleven diez años en España o que tengan ciudadanía española”.

Responsabilidades

Otra de las críticas que se hacen a la circular X/2012 es que, por un lado, asume que la circular anterior “suscitó cierta confusión susceptible de derivación en interpretaciones erróneas”, pero, por otra parte, no dice quién es el responsable de las consecuencias que se derivaron de esa malinterpretación.

Lara Sierra, de las Brigadas Vecinales, afirma: “De repente, se reconoce una práctica que hasta el momento se negaba; de repente, se descubre que la policía hacía algo que no es legal”, y luego se pregunta: “¿A quién se le pide responsabilidades por esa malinterpretación, por esa práctica no legal que se estuvo llevando a cabo hasta ahora?”.

Fuente: Artículo de Paula Guerra para Crónica Popular.

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